domingo, 9 de marzo de 2008

A la orilla del río

Me fui unos días a San Pedro en carpa. Llevaba mucho tiempo sin pisar un camping, y tal parece que va a pasar bastante tiempo hasta que vuelva a hacerlo. La experiencia fue frustrante por varios motivos, pero lo cierto es que este post no tiene nada que ver con armar carpas, prender fogatas ni meterse en una bolsa de dormir. Este post es sobre los derechos que tenemos, o deberíamos tener, como ciudadanos.

En algún lugar (alguien que me ilumine dónde) leí una vez que las costas de los ríos son tierras públicas que no pueden ser enajenadas, su administración corresponde al Estado, y no a los privados. La lista de motivos para ello es larga, supongo, y se me vienen a la cabeza varios, como la seguridad del territorio, el contrabando. En fin, ustedes son más inteligentes que yo y seguramente encontrarán varios otros motivos.

Se supone, entonces, que una ciudad que linda con el Río Paraná no debería tener privatizadas sus costas. Bueno, San Pedro las tiene. Exceptuando un muellecito endeble en una zona no apta para nadar (y si consideramos que las aguas locales están contaminadas, tampoco para pescar, aunque muchos lo hagan), no hay un sólo trecho de río en la ciudad al que se pueda acceder libremente. Hay clubes y campings que te cobran entrada, y uno de ellos, ni siquiera permite el acceso al público general (sí a sus socios, claro).

Puede parecer estúpido, pero me chocó mucho encontrarme con eso. Ya el sistema de carpas y balnearios en la costa me parece muy perverso, pero esto terminó de decepcionarme.

Digo.

viernes, 7 de marzo de 2008

Viejo choto

"Tenés que ayudarlo a Vitale con una entrevista en inglés", me soltó Roque, casi a quemarropa, a modo de saludo tras mis dos semanas de vacaciones. "Es con un tipo... un boludo... Ozzy Osbourne, ¿lo junás?", me tiró riéndose mientras me explicaba que él no podía, porque tenía que hacerla para otro medio.

Me apuré a dejar mis bártulos y empecé a preparar las cosas del día, ganando tiempo antes del momento de "la telefónica". Me llamó Cristian Vitale y quedamos en que me mandaba las preguntas por mail, para que yo las fuese traduciendo y después las revisábamos juntos.

Momento de la entrevista. Primero, la espera de rigor en línea, para que Osbourne termine con el colega que tiene turno antes que nosotros. Y, tras unos 15 minutos de espera, el tipo que ronda los sesenta, aunque parece mucho más, finalmente aparece. Tiene la voz arruinada como en su reality y en esa ruina se adivinan las arrugas que le plagan la cara (y que la tv no puede disimular).

Es tan amargo como su voz, y se nota que no disfruta andar dándole entrevistas a estos medios de las pampas. Su muletilla para evadir las respuestas es "I don't know". Hasta elige negar que compuso temas de Black Sabbath que, los créditos indican, son de su autoría. Roque Casciero, después, me comentará que aunque más afortunada, su entrevista tampoco fue muy satisfactoria.

15 preguntas en casi 7 minutos. Poca respuesta da el rockstar y yo no encuentro cómo sacarle más parla. Es de esos que no deja mucho lugar a la repregunta, y para peor, el tipo está tan destruido que cuando se digna a responder, la mitad de su respuesta es ininteligible. Finalmente llego a la pregunta 18 de las 19 que preparó Vitale. En rigor, es la 19, pero cambiamos la 18 para el final, por ser algo más fuerte y potencialmente molesta para el entrevistado.

La respuesta igual es violenta. "I won't answer that, IT'S FUCKING STUPID!" ("No voy a responder eso, ¡es *fucking* estúpido!"). Y corta. Inmediatamente aparece alguien de la productora pidiendo disculpas en un inglés bastante más claro que el del fundador de Black Sabbath.

¿La pregunta 18? "¿Es verdad que no le pagó a algúnos músicos que tocaron para usted?"

Desgrabo la (corta) entrevista y la traduzco para Vitale. El jueves me encuentro con una amable sorpresa de su parte: puso la firma en conjunto aunque -sinceramente-, no creo haber hecho demasiado por la nota, que pueden ver aquí. Como toca a los pasantes, el nombre va al final. Pero vale igual. Gracias, Cristian.

¿Osbourne? Un viejo choto al que ya se le pasó su cuarto de hora.